Aquí pretendo establecer lo que
considero son las diferencias entre el amor propio y la autoestima. Empecemos
por la autoestima. Esta se puede definir como la propia valoración positiva o negativa que
podamos tener. La autoestima puede depender de muchos factores como lo pueden
ser las relaciones con nuestros padres, las relaciones con nuestros maestros,
las relaciones con nuestras amistades, el desempeño que podamos tener como hijos,
como estudiantes o como trabajadores, etc. Es bien sabido que afirmaciones
negativas que nuestros padres puedan hacer en determinado momento sobre
nosotros puede mellar severamente nuestra autoestima. Cosas como “tu no sirves
para esto”, “tu eres una carga para mí”, etc. o ver a nuestros padres
discutiendo y teniendo episodios de violencia verbal o física pueden marcarnos
de por vida y convertirnos en individuos inseguros y temerosos a la vida. Episodios
de bullying o humillación también pueden socavar la autoestima. A su vez
nuestro desempeño como estudiantes o trabajadores pueden afectar nuestra propia
valoración ya que nos podemos sentir incapaces de realizar tareas que otros si
pueden.
El amor propio por su lado es la
capacidad del ser de amarse a sí mismo. El amor propio puede por su lado
desarrollarse luego de un largo y oscuro periodo de privación del amor. Un
largo periodo en el que podemos vivir una gran cantidad de experiencias en las
que la persona está en búsqueda del amor. Esta privación del amor que padece el
individuo puede estar asociada a un patrón recurrente de autocastigo por
errores del pasado, situación en cual la persona se desprecia y se siente no
merecedora del amor de los demás. En este caso yo recomiendo concientizar que
vinimos a este mundo a cometer errores para aprender de ellos. Este es un mundo
dual donde vinimos aprender tanto del bien como de lo que calificamos como el
mal. Por eso no debemos castigarnos tan severamente por el daño que hayamos
podido causar en la búsqueda del perdón. Solo debemos asumir la responsabilidad
por nuestros actos.
Esta búsqueda del amor nos puede llevar
a una variedad de adicciones como lo pueden ser la adicción a la comida. El que
es adicto a la comida buscara consuelo en el abuso de la ingesta de comida y
entonces podremos ver los penosos casos de obesidad. Otra adicción a la que se
puede recurrir es la adicción a internet, a las redes sociales y los teléfonos
celulares. Esta adicción nos puede llevar a buscar el amor en las relaciones a
través de internet. Está visto que ninguna relación virtual puede efectivamente
sustituir al contacto humano verdadero. Es por esto que las relaciones virtuales
suelen convertirse en un vicio que nunca se sacia.
Podemos también buscar el amor,
consuelo y refugio en nuestras amistades. En este caso podemos citar las leyes
vibración y afinidad estudiadas en la escuela Metafísica, la cuales expresan
que todo lo que es igual o afín y de igual vibración tiende a asociarse. Por
tanto por mucho que busques el amor en tus amistades puede que no lo halles
puesto que según esta ley te estarás relacionando con personas que como tu
están en su propia búsqueda del amor. En este caso puede que halles un alivio momentáneo.
Una persona en esta situación puede
recaer mostrando actitudes como: culpabilizar o otros de tu suerte, guardar
rencor y verse a sí mismo siempre como una víctima de otras personas y eventos,
lastimar y maltratar ya sea física o verbalmente a tus familiares o a otras
personas de su entorno, mostrarse irritado por cualquier inconveniente
cotidiano y trivial, sentir lástima de sí mismo, sentir que le es imposible
lograr sus metas personales, sumirse en el alcoholismo u otros vicios, sentirse amargado y frustrado, tener
pensamientos suicidas o intentaras suicidarte con el fin de atraer atención
sobre si, en fin se sentirá que sol brilla para todos excepto para él. Esto es
lo que llamamos fondo emocional desde donde las personas empezaran a buscar su
propia recuperación.
En la última fase de esta búsqueda por
el amor el individuo tiende a realizar que ha buscado largamente el amor por
diversas maneras y vías y no lo ha encontrado. Es entonces cuando cesa su
obstinación en buscar el amor fuera de sí mismo y entra en la disposición de
poder contemplar su propio amor y luces interiores que había desdeñado apreciar
debido a que nadie fue capaz de hacerlo, es decir, que la persona no se amaba
porque nadie más lo amaba, pero se dará cuenta que debe buscar el amor dentro
de sí mismo. Al hacerlo esto le traerá un sensación de gozo y regocijo
interiores que difícilmente alguien podrá mellar. Esta es la gran diferencia
entre la autoestima y el amor propio.
Por tanto una persona podría tener una
buena autoestima en un momento determinado pero no tener el suficiente amor
propio. Pero aquel que tiene amor propio tendrá siempre una gran autoestima porque
sabe quién es el realmente y no dependerá de las valoraciones de otros para amarse
a sí mismo. Este amor propio no dependerá ni de la belleza física, ni de las
relaciones, ni del desempeño, etc.
Este amor propio junto con una cuota de voluntad le dará a al individuo
lo suficiente como para iniciar un trabajo de autoconocimiento que le fortalecerá en otras áreas de
su personalidad y su actitud.
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