Proposito

Destino este blog a abordar temas de inteligencia emocional como lo pueden ser la ira, el rencor, la preocupación, el miedo, la ansiedad, la depresión, la soberbia, etc. Yo fui estudiante de varias escuelas de conocimiento espiritual, pero a pesar de que aprendí valiosas lecciones me di cuenta que no son tan necesarias. Ahora me dedico exclusivamente a la inteligencia emocional porque me percate que gestionando bien las emociones podemos lograr más altos niveles de felicidad tanto material como espiritual. Espero que encuentren este blog algo de ayuda que puedan necesitar en sus vidas. Desliza hacia abajo al final de la barra derecha para encontrar el enlace a mi libro. Gracias por leer. Mi correo electrónico es: latidoprofundo.ven@gmail.com
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Conflicto interno: Los demonios

 


Todos llevamos un mundo interior que puede diferir de los roles y rasgos que generalmente mostramos a la sociedad como lo pueden ser los roles de padre o madre, de trabajador, de amigo, de buen ciudadano, de compañero, etc. Generalmente nos creemos para nosotros mismos que solo somos estos roles, que somos buenas personas, que somos adecuados, correctos, etc. pero sin embargo podemos llevar en el inconsciente roles que no son tan buenos, socialmente adecuados o permitidos, que suelen ser más primitivos. 

Podemos notar la actividad de esta zona negada de nuestro ser cuando tenemos impulsos como lo pueden ser sentimientos de depresión, de ira, de agresividad, de vergüenza, impulsos sexuales, etc. 

Podemos o no aceptar incorporar a nuestras vidas cotidianas esta zona oscura pero también podríamos encontrar dificultad emocional en hacerlo debido a que podríamos percibir que estas facetas no son socialmente bien vistas o aceptadas. Por ejemplo, alguien que tenga impulsos de deseo sexual por personas de su mismo sexo por lo general intentarán reprimir su deseo debido al temor de ser identificado como un homosexual y ser discriminado. En dado caso que consientan tener una relación homosexual podrían mantenerla oculta a su círculo social. Otro ejemplo puede ser una persona que reprime expresarle alguien el porqué le cometió un agravio por sentimientos de vergüenza. Estos sentimientos de vergüenza reprimen a la persona el manifestar las razones de su ofensa o agravio y contradictoriamente son estos sentimientos y razones las cuales deben ser expresadas para que la persona obtenga el perdón. 

Estas facetas reprimidas de nuestro ser lucharan por salir a flote y ser incorporadas en la vida social. Esto suele generar una pelea interna del ser que por un lado reprime generalmente por temor y por otro lado necesita manifestar su naturaleza interna negada. Esta lucha puede generar en la persona varias patologías que van desde el miedo, la paranoia, la ansiedad, la depresión, el stress, etc. hasta llegar a extremos como la bipolaridad o la esquizofrenia. Estos sentimientos o impulsos que luchan por salir a flote se convertirán en nuestros demonios los cuales no descansaran en insistirnos que manifestemos estas facetas reprimidas. Estos se volverán más poderosos alimentándose de nuestro rechazo y tarde o temprano cederemos ante su insistencia. 

Yo personalmente abogo por incorporar, en la medida de lo posible, estas facetas a nuestras vidas cotidianas con el objetivo de vivir una vida más completa no solo mostrando a los demás nuestras mejores cualidades sino también aquellas que reprimimos. Esta lucha interna del ser solo tiene por objeto que la persona entienda que debe dejar de mostrar no solo sus mejores cualidades que conforman su máscara ante el mundo sino que debe también incorporar su naturaleza interna reprimida.

Karma


El Karma es un termino que nos ha llegado desde varias sistemas de creencias o religiones orientales el cual se interpreta como una ley cósmica de retribución, o de causa y efecto que establece que a pesar de ser libres de elegir por hacer el “bien” o el “mal” debemos hacernos responsables por las consecuencias de nuestras acciones. El karma está en contraposición con las doctrinas abrahámicas (judaísmo, cristianismo e islamismo); lo más parecido en el cristianismo es el concepto teológico de retribución.

Critico severamente la postura del iglesia católica que les promete el infierno a los “pecadores”, es decir, aquellos que obran desde el “mal” y el cielo a aquellos que obran desde el “bien”. Lo hago porque como persona existencialista que soy trato de encontrar una justificación a aquello que todos los seres humanos calificamos desde una postura ignorante como malo. Me he dado cuenta de que aquello que llamamos “el mal” si tiene un propósito y es algo ya conocido por muchas doctrinas de conocimiento.

El propósito de lo que llamamos “el mal” es enseñarnos a apreciar justamente “el bien” por contraste. Por ejemplo no apreciamos verdaderamente el amor sino cuando estamos desprovistos de este y deprimidos. Aquel que ha estado preso valorara mas apropiadamente la libertad que alguien que no. Aquel que ha conocido la turbulencia de la ira apreciara más justamente la paz. Este es todo el chiste del propósito de aquello que llamamos “el mal”.

Obviamente la gran mayoría queremos llevar vidas armónicas, fructíferas y felices pero pareciera que propia vida se encargara de llevarnos a situaciones en las que no siempre podemos obrar desde el bien con el objetivo de enseñarnos estas lecciones.

Obviamente que quien está atravesando las consecuencias de sus acciones negativas se sentirá mal y muchas veces experimentará incertidumbre del no saber el porqué está teniendo estas vivencias pero, desde la perspectiva de quien ya ha atravesado por su karma encontrara esas vivencias como aleccionantes y necesarias para su crecimiento personal.

El Bien, el Mal y Ud.


Una de las cosas que he aprendido en esta vida y de manera tajante es la necesidad de la presencia de la negatividad mal llamada “maldad” y la positividad también llamada “bien”. Al parecer dentro de esta cúpula llamada creación están presentes estas energías de diversas maneras y cada aspecto de la positividad requiere u obliga su opuesto en la negatividad. Así tenemos, por ejemplo, tenemos el amor versus el odio, la castidad versus la lujuria, la valentía versus el miedo, la alegría versus la tristeza, la laboriosidad versus la pereza, la fe versus el escepticismo, el desprendimiento versus el egoísmo, el perdón versus el rencor, la fe versus el escepticismo, la sabiduría versus la ignorancia, la responsabilidad versus la irresponsabilidad, la imperturbabilidad versus la irritabilidad, etc.

Al perecer también el ser humano está destinado a aprender por contraste debido a toda su negatividad e imperfección interior entonces se verá envuelto en vivencias negativas que le ayudaran a cambiar y transmutar sus rasgos negativos de personalidad. Cuando me refiero a aprender por contraste quiero decir que a no se aprecia lo positivo del todo sino cuando se está viviendo las consecuencias de la negatividad de lo opuesto. Así, por ejemplo, no se aprecia el amor verdaderamente sino cuando estamos desprovistos de él y deprimidos, no se aprecia la libertad sino cuando estamos privados de ella (presos), no apreciamos la paz sino cuando estamos en turbulencia, ira, exaltación, etc.

Causas y consecuencias del apego ansioso

El apego ansioso (también llamado apego ansioso preocupado en la teoría del apego de Bowlby) surge principalmente por experiencias inconsist...